La Pasión por la Verdad
Edith SteinCuando se habla de «filosofía» o se dice de alguien que es un «filósofo» se asocia involuntariamente a ello una serie de complejos arguméntales por demás complicados y hasta ininteligibles. Las personas, hombres y mujeres, que los representan, parecen provenir de un mundo de teorías y principios abstractos, que poco tiene que ver con los acontecimientos de la vida cotidiana. Los verdaderos filósofos y la filosofía misma tienen, sin embargo, muy poco que ver con esa opinión lamentablemente demasiado extendida. Sin duda alguna, la filosofía es una «ciencia» y como tal no es inmediatamente accesible al que se interesa por ella; por otra parte, sin embargo, la filosofía es una «pasión» que asume a la persona no sólo en su intelectualidad, sino también en su corazón y la lanza constantemente a la búsqueda de la Verdad. Precisamente aquí se encuentra el centro de toda filosofía y de cada filósofo o filósofa: en la búsqueda insaciable de la Verdad. En este sentido podemos decir que Edith Stein era una gran filósofa. La búsqueda incansable de la Verdad acuñó toda su vida y la entrega incondicional a esa Verdad le dio su sentido y contenido propios.